Wenceslao Bardón Fernández, el amigo de Cogorderos.



Ejemplar de 1955.

  
 Mi más sincero agradecimiento a Isidro Alonso, al monaguillo de Wences Bardón y a la Sra. Divina de Cogorderos.

Resulta curioso como el paso de los años deja en el olvido o engrandece a las personas. Y al respecto, debe señalarse que el protagonista de esta entrada pertenece al privilegiado grupo de personas que goza del respeto y cariño incondicional de los suyos, en cuanto se pronuncia su nombre: Wenceslao Bardón Fernández.
 
Por la relación de bautizados que aparece en la obra Quintana en la memoria: apuntes para el recuerdo sobre Quintana del Castillo del autor Máximo Álvarez, puede interpretarse que Emilio Fco. Bardón Sabugo fue bautizado en Quintana del Castillo el día 2 de junio de 1852, y era hijo de Cayetano e Isabel. Por su parte, Wences Bardón era hijo de dicho Emilio Francisco. pero no siguió los pasos profesionales de su padre, ya que optó por la formación eclesiástica ejerciendo su labor en varios lugares, entre otros, en la población de Cogorderos.

Durante los años que estuvo en Cogordeos, su presencia siempre se consideró positiva y beneficiosa, pues la labor realizada se extendió más allá de sus deberes pastorales, ya que también estuvo implicado en algunos proyectos locales de obras públicas, logrando, que finalmente se ejecutaran. Así, fue muy respetado y admirado en el lugar, y de hecho, aparece definido por nuestras fuentes orales como "amigo de todos", en efecto, hasta de los más pobres y de los que no iban a misa.

El cura don Wences también fue muy querido por los jóvenes del pueblo debido a su generosidad y a la protección que en más de una ocasión les dispensó. De igual modo es recordado por el trato amigable y sincero con las gentes del lugar, puesto que acudía a visitar a los enfermos con frecuencia y no solo por obligación de su cargo religioso. Como persona amante de la cultura, de su tierra y su familia, pronto hizo que circulara de casa en casa un libro de El Tío Pucheros. Lo cierto, es que supo desplegar una gran actividad y cuando el lugar de Oliegos fue sepultado bajo las aguas a mediados de los años cuarenta, Wences también estuvo atento para favorecer a Cogorderos ya que consiguió salvar el retablo de Oliegos y lo trasladó a su parroquia, lugar, donde aún permanece.

En verdad, son muchas las anécdotas que reflejan el espíritu constructivo, amigable y tolerante de este personaje culto y amigo de la Cepeda. Con todo derecho se ha ganado el respeto y amistad de las gentes de Cogorderos, aunque finalmente, fue enterrado en Astorga.